Los helados son uno de los símbolos más significativos del verano. Aunque es un producto que se puede consumir a lo largo de todo el año -cosa que cada vez hacemos más-, es en la época estival cuando más nos apetece disfrutarlos.

A pesar de la creencia de que los helados son incompatibles con una dieta equilibrada y que son una fuente de calorías vacía, la realidad es que tienen múltiples beneficios y son un alimento saludable y completo, al contener todas las propiedades de los lácteos. Nos aportan todos los beneficios de la leche, siendo una gran fuente de calcio, proteínas y minerales. Pero no sólo eso, los helados facilitan los procesos digestivos, son ligeros y contienen muy poca grasa. También, gracias a su contenido en calcio y minerales, son muy buenos para mantener una buena salud ósea y son buenos cicratizadores para las inflamaciones de garganta.

Pero por si esto no fuera suficiente para animarte a comerte uno, varios estudios han confirmado que comer helado tiene un efecto positivo en nuestro estado de ánimo y nos llena de energía. No es un cuento chino, los helados contienen un aminoácido llamado triptófano, un neurotransmisor conocido popularmente como “hormona de la felicidad” que regula las emociones y ayuda a generar felicidad. ¡El helado nos ayuda a afrontar la vida con mayor optimismo!

Pero, para que te comas tus helados en casa sin perder ni sabor ni propiedades, te proponemos varios consejos para que los disfrutes al máximo:

  • En casa, mete los helados en el congelador, no vaya a ser que se descongelen.
  • Helados de tarrina, tartas heladas o bloques, mejor dejarlos a temperatura ambiente unos minutos antes de servir. La espera merecerá la pena.
  • Los helados individuales (bombones, sándwiches …) hay que sacarlos en el momento justo que los vamos a consumir, ni un minuto antes.
  • Son un gran recurso como postre. Cómodos, fáciles de presentar y los puedes combinar de mil maneras -con siropes, frutos secos…- ¡lo que te apetezca!
  • Los helados aguantan mucho tiempo en el congelador, pero revisa que el envase que los protege esté cerrado correctamente y te evitarás disgustos

Así que ya sabes, los helados no son sólo helados. Como todo, puedes consumirlos sin abusar, pero siempre que lo hagas disfrútalos mucho, y si es en compañía ¡mejor que mejor!